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jueves, 25 de marzo de 2010

De marcha (cicloturista) por la Comarca de Bilbo

El 13 de Marzo por la mañana partimos hacia la Comarca de Bilbo, la Compañía del Platillo Grande.


Éramos tres valientes que no temíamos a la difícil prueba a la que nos íbamos a enfrentar. Llevábamos nuestras mejores armas. Yo mi Caballo Orbeatus, hijo de Navarrus. Serafín su Massis hija de Catalanus y Juan Carlos su Botechia hija de Italianus. No podíamos fallar, daba igual si soplaba el viento, si llovía o si encontrábamos niebla. Cabalgaríamos hasta el final.

Llegamos a la Comarca en un día nublado y lluvioso, no cabía duda de que la oscuridad se extendía por todo el territorio. Pero no nos asustamos.

Hicimos la inscripción para la prueba y nos fuimos a reponer fuerzas a la Posada del Pony Pisador.

Después del ágape nos dimos una vuelta por el Rivendel de la Ría hasta el casco viejo.

Cansados ya de buscar Orcos nos volvimos a descansar a la Posada, parecía que a la tarde hacía mejor tiempo y dejaba de llover.

Después de descansar salimos a cenar y a tomar líquidos antes del gran día. Nuestra intención era cenar ligeros y volver a descansar para velar nuestras armas.

Pero nos encontramos con un malvado brujo que nos dio de beber un extraño líquido amarillo y con gas que nos nubló el conocimiento y nos retuvo en una cueva unas cuantas horas. Hasta que por fin pudimos escaparnos y volver a nuestra morada. Pero Mordor temblaba a nuestros pies y volvimos con problemas para mantener el equilibrio.

A la mañana siguiente, nublado y sin lluvia partimos hacia la zona de salida. Y empezamos nuestra epopeya.

El recorrido era precioso, hermosos valles, puertos rodeados de bosques, pero nosotros seguíamos atentos a lo que pudiera deparar la aventura.

Hacia la mitad del recorrido paramos para hacer aguas menores y nos dimos cuenta de nuestro error ya que no podíamos volver a introducirnos en la carrera porque una manada de Orcos Uruk-Hai no nos dejaba. Era tal la marea que venía a toda velocidad que tardamos un poco en volver a introducirnos en el grupo… Por lo cual tomamos la decisión de que si teníamos que volver a parar por el mismo motivo lo haríamos en una cuesta arriba, así los Orcos vendrían más despacio y podríamos hacerlos frente.

Un poco por aquí y un poco por allá, llegamos a los pies del monte del destino. Y nos pusimos a subir despacito, esquivando cadáveres de los guerreros de Gondor caídos en batalla. Y al final conseguimos coronar el monte y salió el Sol. Esta era la señal que nos enviaba Gandalf para avisar de nuestro triunfo. A partir de aquí adquirimos un ritmo endiablado, faltaban sólo 25 Km para el final y lo hicimos a galope tendido.

En la bajada llegué hasta una máxima de 72,5 Km/h y en esta parte no bajábamos de 40 Km/h. Fue un tramo emocionante, no vi nada de lo que me rodeaba pero llevar ese ritmo te hacía subir la adrenalina y la verdad es que lo disfruté un montón.

Una vez terminada la carrera y duchados, emprendimos el viaje de regreso, pero eso sí paramos en un poblado cercano a comernos un Chuletón regado con caldo de la Comarca que nos sirvió Galadriel como ofrenda a nuestras andanzas.



              Perfil del Periplo



                Mapa de la Comarca



               Retenidos en la cueva del malvado brujo



                                             
                Rodeados de Orcos Uruk-Hai


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